El 15 de octubre de 1996, Argentina se conmocionó con la noticia del suicidio de Leonardo Simons, un carismático conductor que parecía tenerlo todo. Detrás de la sonrisa eterna y el éxito televisivo, se escondía una profunda depresión agravada por un escándalo familiar que lo avergonzó profundamente.
El hermano, la coima y la vergüenza pública
Simons, reconocido por programas como Ta Te Show y Finalísima, siempre se mostró como un ejemplo a seguir. Sin embargo, la detención de su hermano, el juez Carlos Wowe, acusado de cohecho por pedir una coima al periodista Bernardo Neustadt, lo golpeó duramente. La cobertura mediática del caso, inevitablemente vinculada a su figura pública, lo sumió en una espiral de vergüenza y depresión.
En una entrevista de 1993, Simons había declarado: “Nos convertimos en modelos que podemos ser imitados, por eso nuestras actitudes deben ser dignas y respetables”. La contradicción entre sus palabras y la situación de su hermano lo atormentaba. Se sentía responsable, a pesar de no haber cometido ningún delito.
Una carrera brillante truncada por la tragedia
Leonardo Simons provenía de una familia humilde y luchó desde joven para alcanzar el éxito. Fue vendedor ambulante, animador de bailes y finalmente, un reconocido locutor y conductor. Trabajó en Canal 9 durante más de 20 años, donde condujo programas icónicos como Feliz Domingo y Sábados de la Bondad. Su carisma y profesionalismo lo convirtieron en uno de los rostros más queridos de la televisión argentina.
Pero la presión mediática y el peso de la vergüenza fueron demasiado para él. A pesar de su intento por mostrarse fuerte, su círculo cercano notaba su desgano y depresión. Finalmente, el 15 de octubre de 1996, tomó la trágica decisión de quitarse la vida, dejando tres cartas de despedida.
A 29 años de su muerte, la figura de Leonardo Simons sigue siendo recordada con cariño y admiración. Su historia nos recuerda la importancia de la salud mental y la necesidad de apoyar a quienes sufren en silencio, incluso detrás de las sonrisas más brillantes.